¿Dorothy L. Sayers? ¿George Eliot? ¿Tomás Fuller? ¿George Herbert? ¿George Latimer Appperson? ¿Anónimo?
Estimado investigador de citas: La pandemia en curso me recordó un proverbio excéntrico que escuché una vez:
El amor y la tos no se pueden ocultar.
El misterio prominente escribió Dorothy L. Sayers una vez se refirió a una declaración como esta. ¿Podría explorar la historia de este comentario?
Cita del investigador: Este tipo de adagios han estado circulando durante varios cientos de años. Cada variante enumera un conjunto de condiciones o emociones que son difíciles de ocultar porque se expresan de forma espontánea o sin control.
La importante referencia de George Latimer Apperson “English Proverbs and Proverbial Phrases” contiene una entrada que comienza con una cita alrededor de 1300:
El amor y la tos no se pueden ocultar.
c. 1300: Cursor Mundi, l. 4276
En 1590 apareció un adagio pertinente en el libro titulado “The Royal Exchange Contayning aphorismes of phylosophie, and golden rights of morrall and naturall quadruplicities”. Este título revela que la ortografía no estaba estandarizada en 1590. Aquí hay ortografía estándar para tres palabras que aparecen en el siguiente pasaje: foure, four; escondido, escondido; amor, amor. Negrita añadida a extractos de AN:
Hay cuatro cosas que no se pueden ocultar.
1. La tos.
2. Lou.
3. Ira.
4. Y tristeza.
Estos afectos son adictos a mucha impaciencia, y hacen que un hombre sea tan apasionado, que son casi imposibles de ocultar.
A continuación se muestran citas seleccionadas adicionales en orden cronológico.
En 1640 ocurrió un caso en una colección de “Proverbios extravagantes” compilado por George Herbert. A continuación se muestra el dicho pertinente junto con una muestra de otros cuatro adagios:
- El HOMBRE propone, Dios dispone.
- Corazones humildes, tengan deseos humildes.
- El perro escaldado teme el agua fría.
- Amor, y la tos no se puede ocultar.
- Un enano, sobre el hombro de un gigante, ve más allá de los dos.
En 1657, un volumen editado por Edward Leigh y su hijo Henry Leigh incluía un conjunto de proverbios franceses con traducciones al inglés. La palabra humo se deletreaba como smoak:
Amour, toux, fumée & argent, on ne peut cacher longuement.
El amor, la tos, el humo y el dinero, no pueden ser ocultados por nadie por mucho tiempo.
En 1732 apareció un ejemplo en la famosa colección “Gnomologia” de Thomas Fuller:
- El amor requiere audacia y desprecia la timidez.
- El amor, la picazón y la tos no se pueden ocultar.
- Ama a tu prójimo; pero no cortes tu seto para él.
En 1863, el destacado autor George Eliot (seudónimo de Mary Ann Evans) se refirió al adagio en su novela “Romola”:
. . . si hay dos cosas que no deben ocultarse: el amor y la tos, digo que hay una tercera, y es la ignorancia, cuando una vez un hombre está obligado a hacer algo además de mover la cabeza.< /p>
En 1935, la escritora de misterio Dorothy L. Sayers publicó “Gaudy Night” que incluía la siguiente instancia:
Se dice que el amor y la tos no se pueden ocultar. Tampoco es fácil ocultar treinta y dos piezas de marfil de gran tamaño; a menos que uno sea tan inhumano como para dejarlos envueltos en sus ropas de momia de guata y sepultados dentro de los seis lados de un sarcófago de madera.
En conclusión, un dicho dentro de esta familia circulaba por el 1300. Muchas variantes han evolucionado a lo largo de los siglos. Los novelistas George Eliot y Dorothy L. Sayers se refirieron al “amor y tos” versión del adagio dentro de sus novelas.