la angustia no vacía el mañana de sus penas; Vacia hoy de su fuerza

¿Alexander McLaren? ¿Charles Haddon Spurgeon? ¿Ian Maclaren?

Estimado investigador de citas: El miedo y la preocupación excesivos por el futuro pueden debilitar la determinación necesaria para prosperar. Aquí hay tres versiones de un dicho pertinente:

(1) La ansiedad no vacía el mañana de sus penas, sino que sólo vacía el hoy de su fuerza.

(2) La ansiedad no vacía el mañana de sus problemas, pero lo vacía de su fuerza.

(3) La preocupación no vacía el mañana de su pena. Se vacía hoy de su fuerza.

El influyente predicador inglés Charles Haddon Spurgeon a menudo recibe crédito por este comentario, pero no he encontrado una cita sólida. ¿Podría explorar el origen de este dicho?


Cita del investigador: La primera coincidencia encontrada por AN apareció en un sermón de Alexander McLaren, un ministro bautista con sede en Manchester, Inglaterra. El adagio apareció en una colección de 1859 llamada “Sermons Preached in Union Chapel, Manchester” dentro de una dirección titulada “Atención ansiosa”:

Es la ley de Dios de la Providencia que un hombre será disciplinado por el dolor; y tratar de escapar de esa ley mediante cualquier previsión de prudencia, es completamente desesperado y una locura. Y ¿qué hace tu ansiedad? No vacía el mañana, hermano, de sus penas; pero ¡ay! se vacía hoy de su fuerza.

No te hace escapar del mal, te hace incapaz de enfrentarlo cuando se presente. No bendice mañana, y roba hoy. Porque cada día tiene su propia carga. Siempre tenemos fuerza para soportar el mal cuando viene. No tenemos fuerzas para soportar el presagio de ello.

A continuación se muestran citas seleccionadas adicionales en orden cronológico:

En 1861, McLaren’s “Anxious Care” sermón apareció en la revista “La Iglesia”. Así, el dicho logró una mayor difusión.

En 1880, el reverendo George Seaton Bowes publicó “In Prospect of Sunday” que incluía un dicho variante con la palabra “problemas” en lugar de “penas”:

No agobies el día de hoy con las preocupaciones del mañana. Arrastrar el futuro al presente es una de las causas principales de la debilidad espiritual. La ansiedad no vacía el mañana de sus problemas, pero lo vacía de su fuerza. No escapa al mal, pero nos inhabilita para soportarlo cuando llega.

En 1889, el popular predicador inglés Charles Haddon Spurgeon publicó “The Salt-Cellars: Being a Collection of Proverbs, Together With Homely Notes”. Spurgeon imprimió una versión simplificada del adagio, pero negó el crédito al usar la frase “Se ha dicho bien”:

Sed cuidadosos, pero no llenos de preocupaciones.
Bien se ha dicho que nuestra ansiedad no vacía el mañana de sus penas, sino que sólo vacía el hoy de su fuerza.

En 1893, “Diccionario de citas: de fuentes antiguas y modernas, inglesas y extranjeras” compilado por el reverendo James Wood incluía el dicho. Se reconoció a Spurgeon, pero la frase “Se ha dicho bien” señaló que él no fue el creador de la expresión:

Bien se ha dicho que nuestra ansiedad no vacía el mañana de sus penas, sino que sólo vacía el hoy de su fuerza. Spurgeon.

En 1900, la aplicación de dichooído en “Parábolas del presente”. Las palabras se atribuyeron a Ian Maclaren, el seudónimo del popular escritor religioso John Watson. AN conjetura que la atribución errónea fue facilitada por nombres similares:

LA ANSIEDAD DAÑINA

Y ¿qué hace tu ansiedad? No vacía el mañana, hermano, de su pena; pero ¡ay! se vacía hoy de su fuerza. No te hace escapar del mal, te hace incapaz de enfrentarlo cuando llega. No bendice mañana, y roba hoy. Porque cada día tiene su propia carga. Dios nos da poder para soportar todos los dolores de su creación; pero él no nos da el poder de soportar las penas de nuestra propia creación, que es sin duda la anticipación de la pena.—Ian Maclaren.

El adagio también se ha atribuido a otras personas. Por ejemplo, en 2021, el sitio web “Love Expands” acreditó a un autor activista de gran venta:

“La preocupación no vacía el mañana de su pena. Se vacía hoy de su fuerza.”
– CORRIE TEN BOOM

 

En conclusión, Alexander McLaren merece crédito por este adagio basado en la cita de 1859. La redacción original era algo torpe y el dicho se ha simplificado con el tiempo.